Y no hay duda que al universo le importa un carajo que hacemos y dejamos de hacer. La primer noche que pensaba que el mundo iba a dejar de girar por mi ausencia, no fue tan así porque al día siguiente mientras me tomaba un desayuno completo en la cafetería que estaba al ladito de ciceri & rufa; seguía viendo la gente que caminaba apresurada por la vereda y los autos que tocaban bocina insolentemente por la calle. A partir de ese momento fue cuando me di cuenta que no importa lo que hagamos, el resto del mundo continua con su coma inducido. Es ese mismo estado que nos caracteriza a los argentinos para repetir la historia continuamente cada ciertos ciclos medidos en años y que si se presta atención hasta parecen cronometrados con algún maldito tipo de reloj de 10 tictacs. Es como el cuento, ese cuento tonto e infantil que te pregunta qué es? Negro, blanco, Negro, blanco, Negro, blanco, Negro, blanco, Negro, blanco, Negro, blanco, Negro, blanco, Negro, blanco, Negro, blanco, Negro, Rojo. Curiosamente la respuesta es un pingüino cayendo por una escalera. Así que para ir redondeando, querido López el universo no fue creado para romperte las bolas a vos. Fue solo una puta casualidad y que solo parezca que se encarga tanto de romperte las bolas a vos como de romperme el orto a mí, no te olvides que es así como siempre sucedió desde que estamos divirtiéndonos juntos en esta amnesia general, la única diferencia es que cada cierto tiempo la miramos desde afuera.
Atte.
Fm Mala Onda
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