Muchas veces nos han tratado de vender la imagen del vaso
medio lleno o medio vacío, tantas veces que ya hasta en mercado libre se puede
comprar un vaso medio lleno para los optimistas de muy alta autoestima y también
porque no para la dama y el caballero depresivos y pesimistas un vaso medio vacío.
Supongo con mi inefable sabiduría que todos aquellos que teorizan sobre esto
solamente tratan de buscar una explicación externa a algún tipo de fenómeno interno
de la persona cuestionada, que solamente puede evidenciar aquel que está
interrogando. Pero como bien decía el General, la única verdad es la realidad,
que para estas alturas, según la rubia de capricornio estaba parafraseando a
Aristóteles. Hasta Perón se copiaba, yo
no. Bueno redondeando la historieta, para que no se convierta en el cuento del
gallo Claudio o la estupidez sobre qué fue primero si el huevo o la gallina
(suponiendo que no salió pollo) todo siempre es cuestión de cuanta cantidad de
información disponemos para interpretar una situación. Por ejemplo, nadie nos
dice si el vaso se encuentra horadado y a través del agujerito se está
vaciando. Si este fuera el caso resulta evidente que el vaso está medio vacío. Se
está vaciando. El punto de vista opuesto seria que el vaso se encuentre en su
sano juicio oral y público y que
estuviese volcando en su interior el precioso líquido dorado que el gobierno de
la década ganada no permitía importar. En este caso el vaso estaría medio
lleno. Salud gurrumines y activen la
neurona.
Atte.
Captain Morgan.
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